El Astillero-Ontaneda, modesta línea de vía estrecha, nació con pretensiones de gran ferrocarril. Desde el siglo XIX, Santander buscaba una salida directa hacia la meseta.
Inaugurado en 1902 se concibió como la primera fase de ese proyecto, pero Ontaneda nunca vio pasar los trenes más allá de su estación. En los años veinte las potentes obras del ferrocarril Santander-Mediterráneo, que también feneció antes de nacer, hizo olvidar al de Astillero sus planes de gran ferrocarril transmesetario. Finalmente, siendo ya explotado por Feve, sus malos resultados económicos hizo que fuera cerrado en dos fases entre 1973 y 1976. Hoy, este antiguo ferrocarril que iba desde una villa litoral a otra pasiega, da soporte a una espléndida vía verde de 34 km acondicionada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino llena de alicientes en su recorrido por el valle del Pas: reparadores balnearios, el magnífico puente de hierro sobre el río Pas, los suaves paisajes de verdes prados o la posibilidad de acercarse al Parque Natural del Macizo de Peña Cabarga, deleitarán nuestro recorrido.
Las Vías Verdes son antiguos trazados de ferrocarril en desuso reutilizados como itinerarios no motorizados para ser recorridos a pie, en bicicleta y accesibles a personas con movilidad reducida. En España existen más de 1.800 km de estas antiguas líneas y esta cifra crece día a día gracias a las inversiones de muchas instituciones. La Fundación de los Ferrocarriles Españoles coordina a nivel nacional el Programa Vías Verdes. Feve pone a
disposición el uso de los terrenos de los antiguos ferrocarriles de vía estrecha, y promueve el acceso a las vías verdes de la manera más sostenible: en tren.
Seguiremos la Avenida de Chiclana hasta el Parque de La Cantábrica. Allí se inicia el carril bici del instituto que enfila la ría de Solla, donde arranca la ruta. En total, será 1,5 km.
Imágenes cedidas por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles - Vías Verdes.