Aunque viajar en tren con asiento asignado es lo más
normal, también está permitido hacerlo de pie en
determinados servicios.
Viajar de pie cuando no hay asiento libre, o incluso por voluntad propia, es lo normal en los medios de transporte urbanos. La capacidad de buses, metros, tranvías, y por supuesto, trenes de Cercanías exceden tres o cuatro veces el número de plazas sentadas, y por ello tienen postes y asideros a donde sujetarse.
Es lógico: los trayectos entre paradas suelen ser cortos; la velocidad, moderada; las subidas y bajadas continuas liberan asientos con frecuencia, por lo que la posible incomodidad es aceptable.
Cuando hablamos de transporte interurbano, en cambio, parece natural que todo el pasaje vaya sentado. En el caso de los autobuses, incluso, es preceptivo abrocharse el cinturón de seguridad. Pero, ¿y en tren? Pues todo depende del tipo de servicio. Para empezar, los trenes no llevan cinturones de seguridad, debido a las regulaciones internacionales: en caso de accidente podrían provocar lesiones importantes.
En algunos países de Europa está permitido, incluso, viajar de pie en trenes de larga distancia. En Renfe, en cambio, solo se admite en Cercanías y Media Distancia, y en determinadas circunstancias:
-Dependiendo de si el tren admite o no reserva de plaza, en los trenes de Renfe se puede viajar con o sin asiento asignado.
-No admiten reserva, y por tanto no se garantiza una plaza sentada en:
-El seguro de viaje está asignado al billete, no al asiento. Es decir, todo viajero con billete viaja asegurado, independientemente de que lo haga de pie o sentado.
Leer las Condiciones Generales de Contrato de Transporte de Viajeros en trenes de Cercanías
Leer las Condiciones Generales de Contrato de Transporte de Viajeros en trenes de Media Distancia