En 2019 compramos 2,5 Twh de energía eléctrica verde (con certificados de Garantía de Origen), para la energía de tracción de todos nuestros vehículos eléctricos, lo que supone un 80% de nuestros tráficos. Esto ha convertido a Renfe en el primer consumidor final de energía renovable de España ( con más un 2,6% del total de la energía renovable eléctrica consumida en nuestro país) y permitirá la reducción de más de 7 millones de toneladas de CO2 hasta 2030 en el conjunto de la red ferroviaria sobre la que operamos.
Algunos de nuestros trenes consumen combustible diésel (en torno al 20% de nuestros tráficos). Buscamos una alternativa trabajando en su progresiva sustitución por energías más limpias (Gas Natural Licuado), o libres de contaminación local y efecto invernadero (pila de Hidrógeno).
Además de en nuestros trenes, promovemos la compra de energía “verde” y la producción de energías renovables en nuestras instalaciones.
La generación de energía eléctrica en base a renovables se encuentra entre el 35 y 45%, según el año, por lo que disponer para usos ferroviarios de una parte de esa cuota, situaría al ferrocarril en un 73,6% de descarbonización total.
La conducción eficiente es una máxima en la actividad diaria de nuestros 5.200 maquinistas, con un ahorro en los consumos que alcanza el 30%.
La utilización del freno regenerativo, tecnología de generación de energía por el motor en el proceso de frenado, permite que algunos trenes devuelvan a la red entre un 6 y un 10% de la energía en Alta Velocidad y hasta un 40% en Cercanías.
La otra clave son los trenes. La renovación de la flota se ha hecho primando maximizar el rendimiento con el mínimo consumo energético. Los trenes incorporan sistemas de conducción eficiente integrados en los modos de conducción automática.
Las ventajas en materia de sostenibilidad ambiental del ferrocarril para actuar contra el cambio climático pueden ser aún mayores, por lo que en Renfe nos hemos unido a Adif y Adif Alta Velocidad para impulsar el Plan Director de Lucha contra el Cambio Climático. Este Plan se estructura en 4 líneas estratégicas: gestión de la energía, eficiencia energética, descarbonización y cultura. Podemos resumirlo en un gran compromiso: reducir 9,9 millones de toneladas de Co2 en 2030 y un ahorro de más de 250 millones de euros en costes externos.