Oviedo, la capital del Principado de Asturias, es uno de los destinos más atractivos para disfrutar de una riqueza visual, gastronómica y cultural. En tan solo dos noches, puedes empaparte de la historia, disfrutar de la naturaleza, deleitarte con la gastronomía local y participar en eventos culturales únicos.
Una buena manera de comenzar tu visita es dar un paseo por el Parque San Francisco. Este parque, con sus 90.000 metros cuadrados de zona verde, es un lugar ideal para relajarse y respirar aire puro en pleno centro de la ciudad. El parque debe su nombre a un antiguo convento de franciscanos, y se dice que incluso San Francisco de Asís descansó aquí durante su peregrinación a Santiago. Hoy en día, es un jardín botánico donde puedes disfrutar de la estatua de Mafalda, inaugurada en 2014, un símbolo querido por locales y visitantes.
Tras el paseo, dirígete a la calle Uría, una de las principales vías comerciales de Oviedo, donde puedes disfrutar de los escaparates e inmortalizar tu visita con la famosa estatua de Woody Allen. Para entrar en calor, nada mejor que un chocolate con churros en algunos de los bares con las terrazas más animadas de la ciudad.
Puedes continuar tu recorrido cultural en el Museo de Bellas Artes de Asturias y haz una ruta por las estatuas de la ciudad, como el perro Rufo y La Maternidad de Botero, que adornan las calles entre la calle Uría y la Plaza de La Escandalera.
Si prefieres un ambiente más animado, disfruta de unos cócteles en los pequeños bares de estas calles, antes de sumergirte en la gastronomía local. Para la cena, Oviedo ofrece opciones para todos los gustos y presupuestos: desde restaurantes selectos como sidrerías más económicas.
Uno de los mejores planes para aprovechar tu estancia en Oviedo desde primera hora de la mañana pasa por explorar los monumentos prerrománicos de Oviedo, únicos en el mundo. Comienza en el Centro de Recepción de Visitantes en el Monte Naranco, donde te informarán sobre horarios y visitas guiadas. Desde el aparcamiento público, camina hasta Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, dos joyas arquitectónicas de los siglos VIII y IX.
Después, puedes subir hasta la cima del Monte Naranco para disfrutar de una impresionante panorámica de la ciudad y del monumento al Sagrado Corazón de Jesús. No te pierdas tampoco la Iglesia de San Julián de los Prados, famosa por sus pinturas interiores.
Para poner el broche de oro a la visita cultural, siempre puedes disfrutar de una comida en algunos de los restaurantes especializados en parrillas cerca del monumento. Luego, regresa al centro de Oviedo para explorar el Ayuntamiento, el Teatro Campoamor y la Catedral de San Salvador. No te pierdas la Cámara Santa, que alberga tesoros artísticos como el Arca Santa y la Caja de las Ágatas, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Llegar a Oviedo en tren es una opción cómoda, rápida y sostenible para explorar la capital del Principado de Asturias. La ciudad cuenta con excelentes conexiones ferroviarias, lo que hace del tren una alternativa ideal para aquellos que desean evitar el tráfico y disfrutar de un viaje relajante. Y es que Oviedo está bien conectada con las principales ciudades de España gracias a la red de trenes de Renfe.