A principios del siglo XX esta ciudad comenzó a mirar a la modernidad a través de la mirada de un arquitecto, Antonio Palacios. Su nombre está ligado a una estética imperial que cambió para siempre el rostro de la capital.

Nuestra historia está ligada a la de millones de personas que tienen el tren como un icono nostálgico, pero también un símbolo de avance hacia el futuro. Hemos rescatado las fotografías que marcan este recorrido de innovación en estos 80 años.