La creatividad se mastica en la capital andaluza, desde su explosiva generación de jóvenes creadores hasta los efervescentes hoteles recién abiertos que visten la ciudad. Aquí todo tiene un sabor único, a talento, novedad y sopa de galera.
Texto: Mario Suárez
Los Seises, según cuenta la tradición sevillana del siglo XV, eran aquellos niños de familias más humildes que eran elegidos para bailar en la catedral durante la fiesta del Corpus Christi. Hoy, este nombre también es el de uno de los hoteles más sonados de la ciudad. Forma parte del edificio del Palacio del Arzobispado y se le conoce como el tercer patio. Precisamente aquí, este patio abierto, con un olivo centenario y una propuesta gastronómica con la firma de Andrés Madrigal, es el corazón del hotel. “Hemos querido darle un nuevo sentido a este nombre y transformar esos Seises en los Seis Sentidos con los que poder disfrutar de Sevilla. El tacto, el gusto, el olfato, la vista y el oído, los cinco sentidos que te llevarán el sexto: la intuición”, aseguran. En Los Seises se comienza bien el día, pero también se puede terminar en su terraza Pura Vida, que más que un mirador a la ciudad siempre vibrante de gente es “una forma de entender la vida”.
No hay nadie en Sevilla que no conozca el trabajo de Pablo Little. Artista plástico y ceramista, su trabajo creativo es naíf pero también reflexivo, infantil pero a la vez abigarrado. Cordobés de nacimiento, está ya instalado en Sevilla y aquí es donde habitualmente expone, como artista andaluz de una generación que maneja las redes sociales con tino y publica en medios de tirada nacional. “Descubrí cierto magnetismo entre la ciudad y los artistas que la habitan. Desde hace unos años se percibe una ebullición cultural de la que todos estamos disfrutando, no sé exactamente qué la motivó, pero se respira un ambiente inspirador”. Algunas de sus piezas ahora se pueden ver en La Galería Roja, ilustraciones positivas, en blanco y negro, que hablan de amor, amistad y gatos de colores.
La galera es un crustáceo de caparazón relativamente blando que durante décadas se denostó por parte de los comerciantes y siempre terminaba en la mesa de las familias de pescadores, que sí sabían sacarle partido a este manjar con el que se elabora una deliciosa sopa. En La Barra de Inchausti son especialistas en este caldo con pan de la que llaman “la cigala de los pobres”, pero también de las tortillitas de camarones (“de las mejores de Sevilla”, dice un comensal). Este popular local especializado en pescado es una primera parada para arrancar el tapeo sevillano, hermano menor del mítico restaurante La Moneda. “Menos misiles y más pavías de bacalao”, dijo el famoso trovador sevillano El Pali. Pues si estuviera vivo, iría a hacer la guerra gastronómica hasta este sitio, pues sus bocados de bacalao rebozado solo consiguen hacer la paz al estómago.
Sevilla tiene una tradición pictórica incuestionable, de Velázquez a Murillo y más reciente de Luis Gordillo a Miki Leal. “Desde hace tiempo atrás, se reconocía a Sevilla como una de las mejores canteras de artistas, pero ahora no solo es cantera, sino escenario de grandes proyectos y exposiciones. Esto atrae a coleccionistas privados e institucionales, creando así una gran red profesional que favorece que los artistas no tengan que migrar fuera de Sevilla para desarrollar sus carreras”, cuenta los responsables de Di Gallery, Juan Cruz, Santiago Bedoya y Rocío Márquez. Ellos lideran uno de los espacios más interesantes de lo contemporáneo en Sevilla, una galería de referencia para la pintura del siglo XXI: “Tenemos cierta tendencia hacia la pintura, aquí hay una gran escuela y es muy complicado no verse ensimismado por los artistas que la practican”.
La relación de Sevilla con la cerámica viene desde antaño, no en vano, las santas patronas de la ciudad, Justa y Rufina, eran dos hermanas vendedoras de alfarería. Ahora, la cerámica sevillana del siglo XXI tiene carácter brutalista, como la de Virginia Paz (Sevilla, 1986), que desde su taller Virgen están formando a muchos de los nuevos alfareros. “Sevilla y su historia se puede contar a través de la cerámica. Los artistas cerámicos contemporáneos de esta ciudad están propulsando la profesión a un sitio seguro y cargado de valor”, afirma. La obra de Virginia tiene mucho de imaginario local, de hecho, llegó a crear una instalación en las calles de Sevilla con hornacinas con esculturas de vírgenes dolorosas. Hay algo en su trabajo que nos acerca al sur. “La cerámica aquí se respira en cada esquina. Palacios recubiertos de mosaicos cerámicos, retablos que se convierten en algo muy característico, son base de inspiración para cualquier sevillano de a pie”.
Sobre el Pabellón de EE.UU. para la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla se alza la que es una de las instituciones culturales más interesantes de la ciudad. La Fundación Valentín de Madariaga y Oya abrió en 2003 y al tiempo escogió este edificio de planta hexagonal que mezcla el California Style con el neocolonialismo para acoger grandes exposiciones de arte contemporáneo. “Se centra en el arte emergente, fotografía y arquitectura. La Fundación posee una colección propia de arte contemporáneo con un enfoque temático en la naturaleza, lo que la hace destacar en el mundo artístico”, explica Felipe Lozano Rivero, su responsable de Cultura. Su patio central, sus jardines abiertos, la decoración en caoba y cerrajería de su interior recuerdan esa época colonial en un “edificio que es testigo de la relación entre España y los Estados Unidos, es un tesoro que merece ser explorado”, remata.
Que se pueda probar el famoso bacalao negro en miso del chef japonés Nobuyuki ‘Nobu’ Matsuhisa a dos minutos de la Plaza Nueva de Sevilla es extraño, pero desde abril de 2023 es real. La prestigiosa cadena de hoteles y restaurantes Nobu, que tiene entre sus socios al actor Rober De Niro, ha abierto sucursal en la ciudad y, de repente, en la Plaza de San Francisco se pueden probar platos icónicos como el sashimi de pez limón con jalapeños que come Cameron Diaz en el Downtown de Manhattan. El espacio es obra del estudio dAAr Arquitectura, que ha convertido dos residencias familiares de principios del siglo XX en un espacio de pulcritud nipona y artesanía andaluza. “Lo único que he hecho en mi vida ha sido acercar la comida japonesa, adaptándola a las cocinas de la ciudad donde aterrizamos”, dijo en una ocasión el chef japonés. A partir de aquí, lo que elaboran con el delicioso pescado local es magia.
Sevilla es una de las ciudades españolas que cuenta con un elevado número de servicios de Alta Velocidad. El AVE que conecta la capital hispalense con Madrid y Barcelona realiza parada en todas las estaciones intermedias: Córdoba, Puertollano, Ciudad Real, Guadalajara Yebes, Calatayud, Zaragoza, Lleida y Camp de Tarragona. A partir de Barcelona, con Girona y Figueres. También Sevilla está conectada con València con un AVE directo por sentido. Los trenes del servicio Avant facilitan la conexión con Málaga y los Alvia llegan desde Cádiz y Huelva hasta la capital andaluza.
En la app de dōcō, que se puede descargar en Google Play y App Store, se pueden contratar los servicios de Renfe y de Movitaxi, Reby y Karhoo, que ofrecen taxi y patinete eléctrico para complementar el viaje en tren.