A Coruña,
cosida con
hilos de futuro

 

A Coruña, la playa de Orzán se une a la de Riazor, conectadas ambas por un rompeolas donde poder practicar surf.

 

Entre las mareas atlánticas y la memoria de sus calles, la ciudad gallega se reinventa sin olvidar su esencia. Edificios históricos, espacios culturales, sabores centenarios y nuevas propuestas artísticas trenzan pasado y futuro en una geografía viva.

 

Texto: MARÍA F. CARBALLO

En el muelle de Batería, el interior del silo de hormigón de Cementos del Cantábrico alberga hoy la increíble librería de The MOP Foundation.

¿Qué hace que A Coruña sea A Coruña? Sin duda, la majestuosidad de la Torre de Hércules, la belleza de sus edificios modernistas, la historia de los artistas que vivieron y se inspiraron aquí (Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Picasso, entre muchos otros). También, el coraje de María Pita, la influencia de las mareas atlánticas o su indiscutible conexión con la industria textil.
La ciudad luce hoy una geografía de lugares centenarios que salvaguardan una conexión con lo ancestral, mientras abre la puerta a nuevos espacios que dejan entrar una brisa de reinvención. Entre ambos conceptos se tensa un hilo invisible que une el pasado y el futuro de forma inquebrantable.

En el muelle de Batería encontramos ese hilo. En 2022 nacía The MOP Foundation –la Fundación Marta Ortega Pérez, presidenta no ejecutiva del Grupo Inditex–, una nave industrial y silos de cemento transformados en contenedores de arte. Por aquí han pasado muestras de los grandes de la moda (Peter Lindbergh, Steven Meisel, Helmut Newton o Irving Penn), y pasarán las jóvenes promesas gallegas del proyecto ‘Future Stories’ y David Bailey, primera exposición del fotógrafo británico en España. Uno de los silos es una impresionante librería, The MOP Bookstore, especializada en moda, diseño y otras ramas artísticas. Las estanterías ocupan las paredes circulares continuando en forma de caracol hacia el cielo.
 

Interior de Galgo azul, librería y espacio cultural.

Una gran rosa de los vientos, situada al pie de la Torre de Hércules, contiene los símbolos que identifican a las naciones celtas.

 

 

Con una geografía de lugares
centenarios
, la ciudad se abre
a nuevos espacios que dejan
entrar una brisa de reinvención

 

 

Un tostador de azafrán centenario

 

Carmen Pico, propietaria, desde hace poco más de siete años, de Azafranes Bernardino, la tienda más antigua de A Coruña especializada en especias naturales.

Esta librería es un ejemplo de cómo lo nuevo puede resignificar los espacios de antes dibujando otra ciudad. Porque A Coruña no se entiende sin lo viejo. Es lo que ocurre con esta joya dedicada a sazonar y a salpimentar a toda la localidad: Azafranes Bernardino (San Andrés, 31). Un andaluz, enamorado de una coruñesa, se hizo con un tostador de azafranes, abierto desde 1800.

Hoy, en la rúa Galera, continúa la fábrica que tuesta, muele y envasa de manera artesanal el azafrán que se vende en este local. Carmen Pico, cabeza del negocio, sigue fiel a su esencia: “Es una producción limitada, hecha a mano y estamos comprometidos con cómo se ha hecho siempre”. El azafrán sigue siendo el producto estrella, pero también se atreven con mezclas como la salsa Manda Carallo o la sal picante.

Sabores rompedores fruto de una sabiduría bicentenaria.

 

 

 

‘Xuntanzas’ en torno el vino

 

La vinoteca y tienda de alimentación Rodolfus, un lugar idóneo para compartir el aperitivo en torno a su mesa alargada.

De alquimias prodigiosas saben mucho en Gluglú (Capitán Troncoso, 17), un bar de vinos naturales que abrió hace un año “de manera autogestionada, por pura pasión por el vino”. Habla Mateo Hernández, quien, junto a Marta Antinori, quiso compartir con los coruñeses esas quedadas para beber vinos naturales y hablar de bodegueros y de añadas con sus amigos en casa. “Es un caos divertido por y para el vino, donde la gente se lo pasa bien sin pretensiones”, dice.

Rodolfus (Damas, 2), otro de estos lugares que rinden culto al dios Baco, lleva poco en la ciudad, “pero se gestó antes, fruto de nuestra pasión por la buena comida y nuestra tierra”, comentan sus dueños, Leo Naya y María Montero. Rodolfus une el concepto vinoteca con una tienda de comestibles y, por bandera, la frase: “Comendo Galicia”, ya que trabajan únicamente producto gallego (si no de origen, sí de elaboración). En sus ‘xuntanzas’ (quedadas) ponen en la mesa una gran selección de productos y vinos locales. Un lugar para tomar el aperitivo, comer... o hacer una compra bien ‘enxebre’ (“auténtica”) con los sabores de siempre.

 

Siguiendo ese hilo que une pasado y presente se llega hasta Agra do Orzán, barrio obrero que en los 70 recibió migrantes. Esta multiculturalidad tiene, desde diciembre de 2023, un punto de encuentro: Galgo Azul (Av. Gramela, 16), librería, espacio cultural (con un teatro para artes escénicas, danza...) y cafetería.

“Es un lugar de encuentro seguro donde hay una escucha activa de respeto a la diversidad y donde la cultura funciona como nexo”, comenta Leonardo Casado (uno de sus creadores, junto con Juan Rodríguez Santiago).

Su interior es una suerte de museo que conecta con esa Coruña desaparecida, como las butacas de los cines Chaplin que hoy decoran el espacio; o el vagón de tren que fue parte de una escenografía y en la que hoy los vecinos toman café.

Mateo Hernández y Marta Antinori son los fundadores del bar de vinos naturales Gluglú, que cuentan con 400 botellas en su bodega y donde, cada semana, cambian la carta de vinos por copa (unas 20 referencias).

Otras paradas

 

La Crisálida

Esta mercería lleva desde 1942 siendo “referencia para modistas, sastres y aficionados a la costura”, cuenta su dueño, Ramón Santos, maestro de la aguja... y de las redes, gracias a unos hipnotizantes vídeos en los que busca botones o muestra su increíble almacén: “Era un comercio con alma, pero necesitaba evolucionar para sobrevivir en el presente”, dice.

Rúa de San Andrés, 54.
 

Espacio Peculiar

“Nace de la necesidad de acercar el arte contemporáneo al público general”, afirma Pilar Romero, su directora. En este local del Mercado Municipal de Perillo, el escaparate no muestra pescado, sino exposiciones, porque “tan importante es comprar como alimentarse de arte y pensamiento”.

Rúa Golpa, 6.
 

Ultramarinos El Riojano

Desde 1896, la misma familia dirige este espacio famoso por sus tajadas de bacalao de importación y productos como miel gallega, mermeladas, vinos, licores, embutidos, legumbres al peso, conservas...

Rúa Orzán, 47.
 

A Coruña está conectada con la ciudad de Madrid con
10 circulaciones diarias por sentido, tres directas del servicio Alvia que emplean tres horas y 55 minutos y realizan parada en las principales estaciones del recorrido, y siete con enlace.

 

La circulación diaria de todos los trenes de Renfe evita al año 5,7 millones de toneladas de CO2, lo que repercute positivamente en desarrollo saludable de la sociedad.