Laboral Ciudad de la Cultura se inauguró en 2007, en el edificio clasicista de la antigua Universidad Laboral de Gijón.
Texto: Carol López
Fotos: Javi Sánchez de la Viña
En lo alto del Cerro de Santa Catalina, el ‘Elogio del Horizonte’ –la prodigiosa escultura de hormigón que Chillida levantó en 1990– sintetiza el espíritu de Gijón: una ciudad que abraza al mar y se deja abrazar por él. Y, como bien sabían los fundadores de la ciudad, del mar vienen los peligros, pero también los vientos que abren de par en par las ventanas de la cultura y el progreso.
Esta ciudad que ha tenido sus hitos históricos en la romanización, el pensamiento ilustrado y la era industrial es una urbe amable, inquieta y efervescente. “En Gijón la cultura no es una herramienta, sino un fin”, dice Aitor Martínez Valdajos, director de la Fundación Municipal de Cultura.
Eventos como el Festival de Música Antigua, Danza Xixón, Arte en el Barrio o la programación del Teatro Jovellanos se suman a multitud de citas puestas en marcha por colectivos de todo pelaje.
El Elogio del Horizonte, de Eduardo Chillida, corona el Cerro de Santa Catalina en el barrio pescador de Cimadevilla. Un prodigio de hormigón que enlaza la mirada de Gijón con el Cantábrico.
Alejandro Díaz Castaño es escritor y periodista. Desde 2017 dirige el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX), que en noviembre celebra su 60ª edición.
El año 2022 ha sido reseñable para el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), que ha traspasado fronteras acudiendo a Cannes como invitado en el Marché du Film. “Riesgo, juventud e independencia” definen el espíritu del FICX, nos dice su director, Alejandro Díaz Castaño. “Apostamos por el cine independiente y por cineastas que son un secreto para el gran público”. Recientemente, el FICX ha recibido a Chiara Mastroianni, Jonás Trueba, Icíar Bollaín o Peter Tscherkassky.
Al igual que el Elogio del Horizonte amplifica la acústica de un susurro, el FICX actúa como disparador de otras muchas propuestas del séptimo arte, como la Muestra de Cine Social y Derechos Humanos (MUSOC), Laboral Cinemateca, la Muestra de Cine y Sostenibilidad –al aire libre en el Jardín Botánico Atlántico– o Cine Club 60, dedicado a los clásicos.
Terraza junto al Palacio de Revillagigedo, Bien de Interés Cultural.
Si hay una cita cultural con peso internacional en Gijón es la Semana Negra, su festival literario nacido en 1987. “La lectura es placer y diversión, y también reflexión. Con ese ánimo seleccionamos para a autores nuevos, a clásicos, a poetas, a las escritoras con más gancho, a creadores de cómic, a los periodistas que están de moda, a los historiadores que no lo están pero lo merecen… Siempre en la calle, junto a la gente”, dice el escritor e ilustrador Ángel de la Calle, director de este certamen decano del género en Europa que cada verano reúne a más de 150 autores de todo el mundo. Además, “librerías como Paradiso y La Buena Letra, el Ateneo Obrero, Gesto, la Sociedad Cultural Gijonesa, el festival Poesía Xixón y la Feria del Libro (FeLiX) dinamizan la vida literaria”, añade.
Ecléctico y en constante evolución también es el fondo de El Bosque de la Maga Colibrí (Avda. Rufo García Rendueles, 9), librería infantil y juvenil. “Hay títulos que consideramos imprescindibles que están desde que abrimos y novedades que hemos ido incorporando a lo largo de los años. Leemos todo lo que llega para recomendar de primera mano”, dice Lara Meana, librera y educadora.
Las calles de Gijón, frecuentemente caladas de ‘orbayu’ (llovizna fina y persistente propia de la zona), son escenario de muchas de las cosas que pasan en FETEN, la Feria de Artes Escénicas para Niños y Niñas. “La innovación y la capacidad para suscitar reflexiones son criterios que nunca perdemos de vista”, dice Miguel Barrero sobre este festival para las familias, los niños, las niñas y los adolescentes que, en la era de las pantallas, proclama como irrenunciable “el contacto directo entre los artistas y el público”.
Lara Meana es librera y educadora especializada en promoción de la lectura.
Sonidópolis en Gijón. Foto: sonidopolis.com
La música en Gijón se compone en clave mayor y también menor como demuestra Sonidópolis, una escuela cuyo hilo conductor es el ‘pop-rock’. Little Richard, Bowie, The Beatles, Alaska o Green Day suenan en el estudio interpretados por nativos digitales que afinan guitarras o empuñan baquetas. “Creamos minibandas con guitarra, batería, bajo y teclado”, nos explica Mar Álvarez, antigua integrante del grupo Pauline en la Playa y profesora en Sonidópolis. Mar –que vivió con su banda la explosión del ‘indie’ y del Xixón Sound en los noventa– desea “inculcar la música como una forma de relacionarte”.
Sonidópolis no tendría la misma fuerza creativa sin la atmósfera musical que impregna Gijón. El Festival Tsunami; el Ye-Yé; los escenarios de Poniente y de la Plaza Mayor durante la Semana Grande; la Sala Albéniz; el Savoy –un garito de estética ‘rockabilly’–; la Laboral… Al compás de ese buque insignia que es Nacho Vegas, el sonido Xixón vive una nueva era dorada con grupos como Lea Poldo, Tigre y Diamante, Viuda, y propuestas regionales de ‘folk’, como Rodrigo Cuevas, L-R, Antón Menchaca o David Varela, que hacen sonar castañuelas, gaitas y matracas en una mirada al pasado para explorar el futuro.
Y es que Gijón goza de un espíritu inquieto porque su público es abierto y curioso. El mar tiene mucho que ver. “Del puerto del Musel salieron personajes del cómic clásico norteamericano para correr aventuras. Al antiguo muelle –hoy puerto deportivo– llegaron contrabandistas y pescadores, y de allí zarparon barcos al exilio mientras la ciudad recibía una lluvia de bombas en la guerra civil. Y nada de ello impidió, ni impide, que los atardeceres en la playa de Poniente sean bellos y suaves, que el viento y el salitre del paseo del Muro curen las penas y se lleven los malos sueños”, dice Ángel de la Calle. Gijón mira al mar y, algunas veces, él le devuelve la mirada.
El escritor e ilustrador Ángel de la Calle, director de la Semana Negra de Gijón.
Pablo de Soto, director de LABoral Centro de Arte.
Miguel Barrero, director de la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón.
La ciudad ficticia creada por el Nobel Gabriel García Márquez da nombre a esta cafetería, que es eso… y mucho más. Exposiciones de arte, charlas, presentaciones de libros, torneos de ajedrez y coloquios pueblan este espacio polivalente donde la cultura es la excusa para encontrase.
Plaza Ciudad de la Habana, 3.
Joven y alternativa es en su mayoría la clientela de Paradiso, mítico espacio referente del vinilo nuevo y de segunda mano desde 1978. Una parada obligatoria para todo el que disfruta con esa sensación romántica de hacerse con un nuevo disco para su colección.
Merced, 28.
Esta cafetería cultural acoge presentaciones de libros, charlas, conciertos, recitales de poesía... Hay libros de consulta y para la venta. Un espacio abierto y permeable donde conviven literatura independiente, cómics, películas, música y algo rico para tomar.
Marqués de Casa Valdés, 27.
Consagrado a la escena, El Huerto aúna formación, creación, sala de exhibición, residencia de artistas… Un concepto abierto a todas las ramas escénicas y que actúa como lugar de encuentro entre los profesionales y el público asturiano.
Severo Ochoa, 93.
Esta escuela de música fue fundada por componentes de bandas ‘indies’ de los 90: Mar Álvarez, de Pauline en la Playa; Pedro Vigil, de Penélope Trip; y Covadonga De Silva, de Nosoträsh. La experiencia de montar un grupo y componer tus propias canciones. Foto: sonidopolis.com
Paseo de Begoña, 27.
Frente al Paseo del Muro de la playa de San Lorenzo, esta librería infantil y juvenil proclama la pasión por la lectura desde la cuna. Una de sus iniciativas es Libro a Ciegas, una caja misteriosa que llega al domicilio del lector con un libro sorpresa. Foto: elbosquedelamagacolibri.es
Rufo García Rendueles, 9.