La huella de Lorca impregna un territorio ligado a la literatura desde Al Andalus. Aquí, la palabra tiene prioridad, mientras se suceden nuevas generaciones de escritores y poetas que se inspiran en su belleza y el peso de su histórica universidad.

 

Texto: Nacho S. Corbacho
Foto: Fermín Rodríguez

El rumor de una fuente, el aleteo de las palomas en la plaza, una teja esmaltada, el recoveco de un callejón, las vistas a La Alhambra desde un mirador perdido en el Albaicín. Nada en esta ciudad andaluza está fuera de sitio. Ya lo dijo uno de sus más ilustres personajes, Federico García Lorca: “Granada es una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo”. De Ibn al-Jatib a Ángeles Mora, de Diego Hurtado de Mendoza a Elena Martín Vivaldi, de Rafael Guillén a Antonio Carvajal o Luis García Montero, la palabra es aquí oro. Sus nombres fueron argumentos, junto a archivos, bibliotecas, hemerotecas, revistas, escuelas, residencias, talleres, editoriales, imprentas o librerías, para que en 2014 la Unesco designara a Granada como Ciudad de Literatura. Su producción en verso y prosa es permanente. “La profunda relación con las letras tiene que ver con la belleza existente por todas partes”, asegura Laura García Lorca, sobrina del poeta y directora de la Fundación García Lorca.

La figura del también prosista y dramaturgo se desparrama por las calles granadinas. Lo hace en el Sacromonte, donde estudió de manera profunda el flamenco. También en la Huerta San Vicente, donde disfrutaba sus vacaciones veraniegas. O en el corazón de la ciudad, allí donde en 2015 abrió sus puertas el Centro García Lorca (Plaza Romanilla, s/n). Este moderno edificio da cabida al ingente archivo sobre la vida y obra de su protagonista, pero también acoge actividades relacionadas con las artes vivas. “Es un lugar de encuentro al que debemos mucho”, sostiene la joven poeta María Elena Higueruelo, de 28 años, nacida en Torredonjimeno (Jaén) y que ya es una granadina más, desde que, hace una década, se desplazase para enrolarse en la Universidad de Granada.

Carril de la Lona, en el corazón del barrio del Albaicín y con vistas a la Alhambra.

El Paseo de los Tristes dio nombre a la obra mítica del poeta Javier Egea.

 

Los números han estado tan presentes como las letras en la vida de María Elena. Llegó en 2012 para estudiar Matemáticas, y ya en el último curso obtuvo el premio de poesía Antonio Carvajal. Luego estudió el grado de Literaturas Comparadas y finalmente compagina la investigación para su doctorado con la docencia. Los reconocimientos le llegaban mientras tanto, como el Adonáis en 2019 y el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2021. ¿De dónde sale su poesía? “Granada ha sido una pieza fundamental en mi educación sentimental y literaria”, aclara Higueruelo, que destaca la hospitalidad de la ciudad, su continua transformación y cómo sus reducidas dimensiones hacen que la oferta cultural esté atravesada por una fuerte dimensión afectiva. Cuando puede, suele escaparse a los que denomina “pequeños simulacros de naturaleza”. Son zonas con árboles y vegetación, como los jardines de La Alhambra o el Parque García Lorca, que le sirven de puntos de fuga de la vida urbana. Lo hace también el Paseo de los Tristes. A orillas del río Darro y repleto de romanticismo, dio nombre al poemario publicado en 1982 por el granadino Javier Egea, miembro del movimiento poético ‘La otra sentimentalidad’, junto a Luis García Montero y Álvaro Salvador.

 

Biblioteca del Hospital Real de la Universidad de Granada, con un fondo histórico que abarca del siglo XV al XIX.

La Biblioteca Universitaria de Granada, ubicada en el antiguo Hospital Real (Av. del Hospicio, s/n) es uno de los rincones favoritos de jóvenes poetas de la generación de María Elena Higueruelo, que también señala la Librería Inusual (Natalio Rivas, 7) como lugar especial. Está impulsada por Paula Puigmarti y Guillem Galbany, de 32 y 33 años respectivamente.

Fue ella, nacida en Barcelona y criada en Almería, quien se mudó a Granada para estudiar Historia del Arte. “Me quedé enamorada de la ciudad y volví”, recuerda quien no sabe muy bien cómo acabó ligada al mundo de los libros. “La vida me fue llevando a ellos”, sostiene. En septiembre cumplen su tercer aniversario y ya son referentes por su apoyo a los autores locales. También a artistas de diferentes disciplinas, como fotografía o ilustración, cuyas obras muestran en su precioso local.

“Granada es muy inspiradora, y no solo para las letras”, confirma Puigmarti, quien en 2022 presentó su primer libro: ‘¿Qué piensa mi padre?’ La medio barcelonesa medio andaluza destaca, además, la presencia de estudiantes procedentes de numerosos lugares –tanto nacionales como internacionales– y cómo esa fusión “impulsa más la imaginación”.

Otros centros del saber granadinos

Patio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada.

La cámara acorazada de la biblioteca del Centro García Lorca protege el legado del poeta.

Biblioteca del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada, guarda el 90% del Patrimonio Histórico de la institución universitaria.

“Ahí está una de las claves: la universidad es fundamental en esta ciudad”, señala Pepa Merlo, escritora, investigadora, docente e incluso propietaria de una editorial, El Envés. La especialista relata la omnipresente presencia de la institución a lo largo de la historia. Lo hizo ya en el siglo XIV cuando Yusuf I mandó construir La Madraza (hoy en el número 14 de calle Oficios, escondida entre comercios junto a la catedral) para convertirse en la primera universidad pública de Al Andalus. Y ocurre en la actualidad con la Universidad de Granada (UGR), gracias a un alumnado formado por más de 60.000 estudiantes. La institución cumple cinco siglos en 2031, tiempo en el que la vida universitaria ha influido tanto en la ciudad como la ciudad en ella. Ello ha permitido que se sucedan las generaciones de hombres y mujeres dedicadas a la literatura. “Unas se pisan con las siguientes, siempre hay continuidad”, apunta Merlo.

La autora y editora señala como una de las posibles razones de esa producción “el ensimismamiento de la ciudad entre montañas, con la sierra blanca de fondo y el frío invernal. Hay una vida como más íntima, aunque también es inspirador abrir la ventana y ver La Alhambra”, afirma Merlo, que ha residido toda su vida en distintos puntos del Albaicín, otro de los puntos neurálgicos de las letras granadinas donde, además, vivieron grandes como Enrique Morente. Un barrio del que García Lorca dijo que las casas están colocadas “como si un viento huracanado las hubiera arremolinado así” mientras, enfrente, “las torres doradas de la Alhambra enseñan recortadas sobre el cielo un sueño oriental”.

La Madraza, fundada en el siglo XIV, aún mantiene todo su esplendor.

Escritores, poetas y personalidades literarias que se inspiran en Granada

Laura García Lorca dirige el Centro García Lorca, que protege el legado del poeta.

La escritora Paula Puigmartí, en su Librería Inusual, una de las más queridas de la ciudad.

María Elena Higueruelo forma parte de la nueva generación de poetas de Granada.

La autora, editora, investigadora y docente Pepa Merlo, en la casa museo Huerta de San Vicente, donde pasaba el verano García Lorca.

Los trenes AVE permiten viajar entre Madrid y Granada en poco más de tres horas y media. También este servicio de Renfe enlaza Córdoba con la capital granadina a la que se llega, asimismo, desde Málaga en trenes Avant que emplean una hora y cuarto en el recorrido. El servicio Avant facilita asimismo los viajes entre Granada y Sevilla.

 

En la app de dōcō, que se puede descargar en Google Play y App Store, se pueden contratar los servicios de Renfe y de Movitaxi, Reby y Karhoo, que ofrecen taxi y patinete eléctrico para complementar el viaje en tren.