Texto: Carol López
Fotos: Carlos Luján
Este antiguo distrito agrícola y ganadero es hoy una meca de destino obligado para gente con inquietudes por el arte contemporáneo.
Siempre en movimiento, rendido al diseño y las artes visuales y escénicas. Ahora en cartel: una exposición inmersiva sobre Tutankamón, un viaje al metaverso y la Nave 17, un espacio sin instrucciones de uso abierto a cualquier artista que no tenga miedo a experimentar, que actualmente acoge exposiciones como ‘La hoja. Una intervención en el espacio de FAHR 021.3’.
Plaza de Legazpi, 8.
Cocina de mercado con productos de temporada, vinos y vermú casero en una casa de comidas y barra de barrio sin concesiones a modas, con el credo de dar de comer siempre rico.
Guillermo de Osma, 19.
El antiguo matadero municipal de Arganzuela, hito de la arquitectura del siglo XX, acoge un vergel fabuloso. Rehabilitado a imagen de los invernaderos de los parques de Viena y Londres, alberga 9.000 especies de plantas exóticas. Cactus de los desiertos de Australia y California, un drago canario, orquídeas de Madagascar o ficus de Sri Lanka a un paseo del metro de Legazpi.
Paseo de la Chopera, 10.
Huyendo de la gentrificación, el artista cántabro Okuda San Miguel e Ink and Movement eligieron Usera para ubicar este espacio en ‘technicolor’ consagrado al arte. “Muchos del equipo venimos de barrios obreros de toda España, es como volver a las raíces”, dice Okuda entusiasmado con la empatía hacia el barrio. “Nos encanta ser parte de su día a día. Queremos llevar el nombre de Usera muy lejos”.
Carmen Bruguera, 8.
En multiculturalidad se lleva la palma. Y en la personalidad de su urbanismo, que mezcla rascacielos con casas de planta baja. Un caleidoscopio por explorar.
Pasamos el 93% del tiempo en interiores sin contacto con la naturaleza. Si no puedes salir al campo, deja que el campo vaya a ti. Este espacio que revitaliza la artesanía contemporánea propone talleres de prensado de flores, tintes botánicos, velas…
María Zayas, 23.
Desde su obrador rabiosamente ‘instagrameable’, esta panadería artesana comulga con la creencia de que la felicidad es una hogaza de masa madre recién horneada. Harinas ecológicas, horno piedra y cortezas crujientes son el secreto de los panes más buenrollistas de este barrio.
Teruel, 26.
Este restaurante italiano huye de los estereotipos. No sirven pizza ni lasaña. Guisos “de verdad” con productos de mercado e ingredientes traídos directamente de Italia desmontan todos los clichés a los que creían que ya lo sabían todo de la gastronomía italiana.
Infanta Mercedes, 98.
Érase una vez un Tetuán de ladrillo, arcos de herradura, azulejos y estuco. Es lo que muestra la exposición de fotografía que acoge la Biblioteca Pública María Zambrano, que propone un recorrido por el neomudéjar popular, el característico estilo constructivo de las periferias obreras de finales del siglo XIX y principios del XX. Esta biblioteca, además, es un animado lugar de encuentro cultural del barrio.
Plaza de Donoso, 5. Hasta el 20 de enero. Entrada gratuita.
Nave industrial convertida en el espacio cultural alternativo. Un contenedor de proyectos de autor con vocación de convertirse en importante agitador de la escena cultural, gastronómica y musical.
Sorgo, 53.
En calles apacibles ajenas al trajín de las grandes avenidas, el corazón de este distrito del norte es acogedor y cosmopolita.
Esta réplica de la exitosa casa madre en Gijón es la vinoteca de la que todo el mundo habla: vinos por copas, ahumados, conservas ‘gourmet’, quesos, charcutería... Miles de referencias en una exquisita bodega también disponible para llevar —¡a precio de tienda!— o para degustar en un vistosísimo local de aires industriales.
Serrano, 203.
Casquería para todos los públicos y un interiorismo pintón es la fórmula del nuevo proyecto de Javi Estévez, chef artífice de La Tasquería. En el espacio de barra —para abrir boca en el aperitivo o alargar la sobremesa—, cócteles de autor de la premiada ‘bartender’ Nagore Arregui.
Príncipe de Vergara, 289.
Un clásico desde 1972. Exquisitos ramos, centros de mesa y decoraciones florales. Fue durante años la floristería del hotel Ritz y encargada de la decoración de las bodas reales y los grandes acontecimientos sociales. Para el común de los mortales, proclaman la bella costumbre de regalar flores.
Serrano, 232.
La mejor oferta de vinos franceses de Madrid y un recetario con clásicos de la cocina tradicional del país vecino en un ambiente sofisticado que nos transporta a un ‘bistrot’ de la ‘rive gauche’ parisina.
Cochabamba, 21.
Los incondicionales de las hamburguesas coinciden en que esta está en el top 5 de Madrid. De vaca rubia gallega alimentada con pastos, la carne es 100% natural. Se pica a cuchillo y se cocina en plancha americana. Un local acogedor y de cuidada estética redondea la experiencia.
Gabriel Lobo, 20.
Una comunidad de 300 artistas puebla hoy este histórico barrio obrero aniquilando su antigua imagen de territorio baldío para la cultura.
Percusión, vientos, sintetizadores y ukelele suenan en los temas de esta banda italo-hispano-colombiana-venezolana que tiene en el tropicalismo, la fusión latina y el ‘indie’ sus influencias. Iko Cuyagua ensaya en El Observatorio, un vivero de artistas del barrio. Un microcosmos con salas de ensayo, cafetería, estudios de grabación y azotea donde grupos de todo pelaje intercambian inspiración… y alguna que otra birra.
Algorta, 25.
Esta galería de arte contemporáneo es la más grande de Madrid. Se aloja en una nave industrial de más de 1.000 m2 a un paso de Plaza Elíptica.
Antoñita Jiménez, 37.
“Malta, levadura, lúpulo... y barrio”, reza el eslogan de este proyecto de cuatro carabancheleros decididos a crear la cerveza “de Carabanchel”. Su local es punto de encuentro de vecinos con inquietudes, sedientos de buena cerveza artesana maridada con arte y cultura.
Av. de Pedro Díez, 21 Bis.
“Cuando llegué a Madrid me instalé en el centro, como solemos hacer la mayoría de personas de mi generación y estilo de vida que venimos a estudiar o trabajar. Hace cuatro años, por el precio del alquiler, me mudé a Aluche. Es un barrio hecho de gente de fuera que trae sus costumbres y su forma de vivir”. La fotógrafa extremeña expone dentro de la muestra colectiva Madrid Diversa. A través de sus fotos, Eva explora el paisanaje interesándose por los contrastes y las diferencias.
Madrid Diversa. CentroCentro. Hasta el 29 de enero.
Pulmón verde, comercio de toda la vida, encanto residencial y justas dosis de modernidad: una oda al equilibrio que asegura un buen vivir.
Un parque de estilo paisajista, un palacete secesionista con café-jardín, un lago, cautivadores paseos arbolados... Cada enero, durante la floración de los almendros, esta finca de recreo se convierte en el rincón escénico más espectacular de Madrid. Un enclave donde conectar con la naturaleza envuelto en una nube de pétalos blancos.
Alcalá, 527.
La especialización en el producto alcanza sus cotas máximas en esta ‘fromagerie’. Los mejores quesos artesanales, de leche cruda y otros complementos de Francia, España, Italia, Inglaterra y Suiza se encuentran aquí, con la opción de comprar por cuñas o de degustar en su barra junto a una buena copa de vino.
Torrecilla del Puerto, 5.
No es solo el lugar, son los cócteles. Por lo exquisito de su servicio, el saber hacer de su ‘bartender’ Daniel Regajo y lo insólito de su ubicación —no hay hay otra coctelería así que no esté en el centro—, es un imprescindible al otro lado de esa larga arteria de Arturo Soria. Aviso para ‘instagramers’: los espectaculares vasos artesanales en los que llegan los combinados te depararán cientos de ‘likes’.
C/ Arturo Soria, 126.
“Nuestra misión es la insaciable búsqueda de la belleza a través de objetos y muebles imperfectos, con huellas del tiempo y con historias que contar”, dicen en esta almoneda especialista en antigüedades desde el siglo XVIII hasta los años 70. Tesoros de la vieja Europa, Asia y África y creaciones artesanas contemporáneas.
Pasaje de Doña Carlota, 6.