Texto: Pacho G. Castilla
Foto: Joaquín Marín
Mucha (y muy buena) música ‘indie’ genera Murcia. También mucho (y justificado) orgullo revela una tierra que cobija la huerta de Europa. Menos palabras, en cambio, se han escrito sobre su escena artística. Y no quiere decir que no exista o sea menos relevante. “Es la gran desconocida. Siempre ha estado, pero nunca se le ha dado la importancia que tiene”, comenta la artista Sonia Navarro. Aunque “ahora se está viendo más todo el potencial que tiene”, precisa esta creadora nacida en Puerto Lumbreras. Por algo, desde hace un tiempo, ya se habla en los medios del “milagro creativo murciano”, y hasta de un “efecto llamada”, porque “todo el mundo quiere exponer en Murcia. Y no solo gente de aquí”, en palabras de esta artista, ganadora de la 38ª Edición del Premio BMW de Pintura y que vive a caballo entre tierras murcianas y Madrid.
“La cultura está sana en Murcia. Y hay un buen tejido cultural”. Lo constata el también artista, nacido en Lorca, Sergio Porlán, quien, además, dirige, desde hace once años, el Centro Párraga (Madre Elisea Oliver Molina, s/n), uno de los principales motores que han encendido la escena artística de la ciudad. Situado el Pabellón 5 del que fuera Cuartel de Artillería, un antiguo complejo militar de hace un siglo, en este “centro integral de la cultura contemporánea” conviven pensamiento –gracias al Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo (CENDEAC)–, arte contemporáneo (con las diferentes salas de exposiciones) y artes escénicas (en su teatro). “Hay lugares que los conectan, y eso es lo que nos interesan”, asegura Porlán, aludiendo al Párraga como “la plataforma donde se dan todas esas prácticas creativas de la gente que está trabajando en Murcia”.
Situado en el barrio del Carmen, el entorno del Cuartel de Artillería se ha convertido en escaparate de la creación contemporánea.
Sala Verónicas, una antigua iglesia conventual del siglo XVIII reconvertida en centro de arte.
Aunque, obvio, no es el único lugar que, desde hace tiempo, agita la vida cultural murciana. Ya a finales de los años 80 se desacralizó una iglesia barroca, perteneciente a un antiguo convento del siglo XVIII, situada junto al Mercado de Abastos de Verónicas (Plano de San Francisco, 10), para convertirla en “la más hermosa de todas las salas de exposiciones de España”, como así aseguró el pintor Antonio López. Se trata de Sala Verónicas (Verónicas, 4), “ocupada siempre por artistas consagrados y proyectos de gran envergadura”, como recuerda la artista visual Rocío Kunst. Y es que en la planta de esta antigua iglesia, y arropado por sus bóvedas, se han expuesto, sobre todo a partir del giro dado en 2008, el trabajo de, entre muchos otros, Francesca Woodman, Anish Kapoor, Eva Lootz, Juan Uslé… y hasta el director de cine Peter Greenaway.
Extenso es, igualmente, el listado de enclaves que inundan el entramado artístico. Espacios como Progreso 80 (Avenida Progreso, 80), donde “he podido conocer el trabajo de artistas murcianas como Elisa Séiquer y Mabel Martínez”, destaca Rocío Kunst, o T20 (Victorio, 27) y Artnueve (Dr. José Tapia Sanz), “dos galerías que enriquecen culturalmente a la región gracias a su compromiso con el arte contemporáneo”. O edificios históricos que han mutado en museos, como el Palacio Almudí (Plano de San Francisco, 8), el MUBAM (Obispo Frutos, 12), el Centro de Cultura Contemporánea Cárcel Vieja (Av. General Primo de Rivera, 2), inaugurado hace apenas año y medio, o el Museo de Santa Clara (Av. Alfonso X el Sabio, 1), “un sitio muy especial que conserva la estructura de un palacio almohade”, como así constata Sergio Porlán.
El MUBAM cuenta con dos pabellones que albergan su exposición permanente y muestras temporales.
Gracias a espacios como el Centro de Cultura Contemporánea Cárcel Vieja se está recuperando el patrimonio del ciudad.
“Murcia es como aquella película que ganó tantos Oscar: ‘Everything Everywhere All at Once’ (‘Todo a la vez en todas partes’)”. Quien así lo considera es Carlos Jiménez Cenamor, artífice de ‘DelAmorYlaBelleza’, una plataforma creativa que existe que lo mismo puede servir como telar, para diseñar lámparas, concebir piezas de cerámica y hasta realizar fotonovelas, pero sin perder nunca la conciencia ecológica: “Murcia es muy conservadora pero también tiene una parte más radical.
Son dos realidades contrapuestas que generan una creatividad bárbara”. Nacido en un pueblecito de Toledo, Carranque, Carlos ha vivido en Madrid, impartió clases de arquitectura en Londres, pero “el Brexit y el frío” –y también los amigos– le llevaron, hace cinco años, a instalarse en una nave en Puente Tocinos, en plena huerta murciana. Allí, gracias a “los ahorros de Londres”, montó su propio taller; allí también duerme (en su caravana), y allí decidió “transformar mi contexto botánico en jarrones, lámparas… Buscaba un sitio muy pequeño, evitar contacto con una ciudad como Madrid o Barcelona, tener un huerto, unas gallinas y hacer cerámica”, afirma.
Carlos Jiménez Cenamor tiene su taller de cerámica en una nave situada en plena huerta murciana.
Cristina Sánchez, Jesús Romero y Alejandro Cerón comparten el proyecto Dinero Estudio, un coworking creativo donde realizan exposiciones, conciertos y talleres.
Parecido recorrido realizó también el diseñador y artista Alejandro Cerón. Después de 18 años en Eindhoven (Holanda), el año pasado regresó a su ciudad natal, y ahora compagina su producción artística con una nueva marca de muebles que acaba de lanzar, Fino (@somos.fino). “No tenía sentido ir a una gran ciudad, y aquí, de hecho, estaban funcionando cosas que me parecían más interesantes”. Comparte taller con Cristina Sánchez y Jesús Romero en Dinero Estudio (Mar Menor, 48, Cabezo de Torres), un espacio creativo situado también en la huerta murciana, en “la periferia de la periferia”, como Alejandro define.
Los tres jóvenes artistas coinciden, como Cenamor, que en Murcia “hay muchas cosas que pasan al mismo tiempo”. Mencionan a otros creadores, como “un pequeño y combativo ‘atelier’ de costura murciano”, Las Culpass (Rda. de Garay, 20), el estudio creativo Rubio & Del Amo (Simón García, 47), la ceramista María Moya, las joyas de Garra Studio… Y hablan de Murcia como “una ciudad cómoda y asumible donde la gente se retroalimenta”. Un discurso que explica la hiperactividad artística murciana, y al que Sergio Porlán se incorpora añadiendo: “Es evidente que la ciudad y el carácter murciano invitan a compartir cosas en el espacio público. Ese intercambio interpersonal, esa vivencia en comunidad es una característica que tenemos en común con otros pueblos mediterráneos”.
El artista lorquino Sergio Porlán es, desde hace once años, director del Centro Párraga.
La artista Sonia Navarro fotografiada en la Escuela de Arte de Murcia, donde estudió.
La artista visual Rocío Kunst es uno de los nuevos y más prometedores nombres de la escena artistica murciana.
En la app de dōcō, que se puede descargar en Google Play y App Store, se pueden contratar los servicios de Renfe y de Movitaxi, Reby y Karhoo, que ofrecen taxi y patinete eléctrico para complementar el viaje en tren.