Cascadas del Lago de la Lengua de las Lagunas de Ruidera, declaradas Parque Natural y Reserva de la Biosfera, que se extienden a lo largo de más de tres mil hectáreas entre las provincias de Ciudad Real y Albacete.
Naturaleza,
de fábula en
Castilla-La Mancha
En una de las regiones españolas con más parques, reservas, paisajes y espacios naturales, su biodiversidad y la fuerza del paisaje inspiran historias que se alimentan de su belleza.
Texto: Rosa Alvares
Riópar Viejo (pedanía de Riópar, en Albacete) es un bello y curioso enclave medieval situado a más de mil metros de altura.
Cuenta la leyenda que la princesa Ruidera, al ser capturado su padre, el rey Guadiana, lloró tanto que sus lágrimas se convirtieron en 15 lagos únicos y misteriosos. Cervantes, conocedor de la historia, la incorporó a su ‘Don Quijote’, y hoy ese relato encuentra eco en un paisaje que asombra por su belleza: las Lagunas de Ruidera. “Humedales, bosques, saltos de agua y formaciones geológicas conforman aquí un espectáculo natural insólito”, explica Lidia Chozas, guía oficial de Turismo de Castilla-La Mancha, quien invita a descubrir rincones de este parque natural como la cascada del Hundimiento, el Castillo de Rochafrida o la cervantina Cueva de Montesinos.
Siguiendo fábulas y ficciones, la naturaleza en las cinco provincias de Castilla-La Mancha se revela como una fuente de inspiración constante para escritores y artistas. Por ejemplo, en el Parque Natural de Los Calares del Mundo y de la Sima, en Albacete, se adentró el detective Pepe Carvalho, creado por Vázquez Montalbán en ‘La rosa de Alejandría’. Lo conforman sierras que “han desarrollado una riquísima flora con especies endémicas que la hacen única”, explica la experta. Valles y cuencas dividen un territorio que obliga al visitante a bordear las cumbres para llegar a sus rincones. “Imprescindible conocer el nacimiento del río Mundo, el barranco de los Marines, el estrecho del Infierno y la cueva de los Chorros”, argumenta Chozas.
Un lince ibérico, una especie amenazada que se está reintroduciendo en Toledo, Ciudad Real, Albacete y Cuenca.
Impresionantes Barrancas de Burujón, (también llamadas el Gran Cañón toledano), que fueron creadas por la erosión durante millones de años, se elevan sobre las aguas del embalse de Castrejón, en la Reserva Natural de Castrejón.
El oeste de Toledo cuenta con su propio
Cañón del Colorado: el bello y misterioso
escenario de las Barrancas de Castrejón y Calaña
El tiempo parece detenerse en un escenario de ensueño, como las cascadas y las fuentes (o Chorros) del nacimiento del Río Mundo, situado en Albacete.
Con un incalculable valor geomorfológico,
los espacios manchegos cobijan
una riquísima biodiversidad
Visitar un paraje propio de un western es posible en las Barrancas de Castrejón y Calaña, en Toledo, con ese aspecto de planeta remoto que hizo que José Luis Cuerda lo eligiera como escenario de su filme ‘Tiempo después’. “Son gargantas y cárcavas arcillosas, creadas por la erosión de las aguas del Tajo y el viento sobre sedimentos de millones de años”, explica la guía sobre el que es hábitat de especies amenazadas como el halcón peregrino, el águila imperial o el cernícalo vulgar.
Una garza real vuela sobre el embalse de Castrejón, en Toledo.
El mirador en la Laguna de Uña, rico ecosistema en plena Serranía de Cuenca declarada Refugio de Fauna desde 1988.
El recorrido conduce al Parque Natural Serranía de Cuenca, donde “hay recursos naturales de incalculable valor geomorfológico, como la Ciudad Encantada, o las hoces y cañones excavados por los ríos Júcar y Escabas y sus afluentes”, cuenta Chozas. Un paraje con extensos bosques de pinos, tejos, tilos y acebos donde todo es posible: hasta que James Bond transite los Callejones de las Majadas en ‘El mundo nunca es suficiente’, guiado también por el espíritu de la naturaleza.
Hubo un tiempo en el que los gancheros del Tajo transportaban maderos por el Alto Tajo desde el Sistema Ibérico a La Alcarria. Ese oficio perdido y esos parajes inspiraron a José Luis Sampedro en ‘El río que nos lleva’, y son los territorios del Parque Natural del Alto Tajo, “el sistema de hoces fluviales más extenso de la región y una joya de la biodiversidad”, apunta la experta.
El Barranco de la Hoz, un cañón fluvial labrado por el río Gallo situado en el Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara).
De origen andalusí y estilo gótico, debido a sus transformaciones posteriores, es una lección de arquitectura que invita a conocer cómo los musulmanes disponían sus ciudades en torno a una fortaleza y cómo evolucionó en residencia palaciega con los cristianos.
Cava, 24. Yeste. Albacete.
Una ruta histórica que transcurre por valles, páramos, cañones y sierras a través de numerosos senderos habilitados para conocer estos parajes que recorrió el Cid. Entre ellos, rincones de los parques naturales del Alto Tajo y del Barranco del Río Dulce, la Sierra de Pela o las Salinas de Almallá.
Visitarlo es una forma de ‘colarse’ en los amores de Calixto y Melibea y en su época a través de cuadros, ediciones facsímiles del texto y otros elementos, como trajes medievales o aperos cotidianos.
Avda. de Madrid, 1. La Puebla de Montalbán. Toledo.
En la actualidad, cerca del 95% de los kilómetros que recorren los trenes de Renfe lo hacen alimentados con energía eléctrica de origen 100% renovable.