Desde aquí dicen que llega el agua que riega el Albaicín de Granada y la Acequia Real de La Alhambra. Este entono privilegiado, con una vegetación más propia de zonas húmedas, es uno de los pocos lugares de Andalucía donde ver corzos.

 

Texto: Jaime Lorite

Si se sigue el camino inverso al agua de la Acequia Real de La Alhambra, uno puede recorrer el río Darro hasta llegar al Parque Natural de la Sierra de Huétor, que abastece también el Albaicín desde el manantial de Fuentegrande. A lo largo y ancho de sus 12.128 hectáreas, a apenas 20 minutos de Granada en vehículo, este bello parque abarca siete términos municipales, de entre los que destaca Huétor Santillán, que le da nombre y comprende casi dos tercios del terreno.

“Le hemos dado agua siempre a toda Granada, aquí nacen el río Darro, el Fardes o el Beas. Tenemos una gran parte de monte mediterráneo, de encinar, de quejigal, con reductos de vegetación propios de zonas más húmedas y norteñas”, explica Milagros Menéndez, directora del Parque Natural, también uno de los pocos lugares de Andalucía donde pueden verse corzos, junto con la sierra de Cádiz y Málaga, gracias a su exitosa reintroducción. Jabalíes, zorros, cabras montesas, cangrejos de río –en peligro de extinción– o aves como la cucurra cabecinegra son otras de las especies que el visitante puede encontrar en el camino.

Con el pico de Majalijar, a una altura de 1.878 metros, como punto mayor, el parque de la Sierra de Huétor (que fue declarado en 1989 y que, desde 2012 es además Zona Especial de Conservación) no requiere grandes escaladas, aunque, advierte Menéndez, “su relieve calizo es complejo”.

La leña procedente de los bosques de la Alfaguara es un factor clave en el famoso pan de la localidad de Alfacar.

Las huellas de tiempos anteriores

 

Doce son los senderos de uso público ofertados por el Parque Natural, ampliamente señalizados y fáciles de realizar, según asegura la directora, por cualquiera que los quiera realizar por su cuenta. Igualmente, su centro de visitantes de Puerto Lobo, en Víznar, aporta información, exposiciones e interpretación de lo que puede encontrarse en el parque y de sus valores. Uno de los itinerarios más atractivos es el de las trincheras de la Guerra Civil, al haber sido zona de frente, que se encuentran en un notable estado de conservación.

 

Un grupo de senderistas asciende por uno de los caminos de la Sierra de Huétor, que cuenta con 12 senderos señalizados.

 

“Tenemos, aparte, tres áreas recreativas con barbacoas donde la gente puede ir a comer, tanto en Puerto Lobo como en La Alfaguara y Puente de los Potros”, recuerda Menéndez, que asegura que pronto ofrecerán en esos lugares un servicio de restauración. Para el alojamiento, el parque dispone de una zona de acampada en el entorno de Florencia, normalmente ocupada en verano por grupos de ‘scouts’ y campamentos, mientras que se está acondicionando otra más en la Sierra de la Alfaguara y un aparcamiento de autocaravanas. Sin olvidar otra opción para bucear en el terreno: el alojamiento en las poblaciones cercanas.



Un patrimonio con sabor

 

El paisaje del pueblo Huétor Santillán con vistas a Sierra Nevada, que puede distinguirse nítidamente desde el pico más alto del parque, el de Majalijar.

En este sentido, la directora Milagros Menéndez recalca el “enorme” interés cultural de los pueblos que comprende por el Parque Natural. Sin ir más lejos, Huétor Santillán, de origen musulmán (wadi, la palabra de la que deriva huete, significa río), cuenta con un gran legado de la época, así como yacimientos arqueológicos. Cogollos de Vega cuenta con un Centro de Interpretación del Patrimonio: el suyo tiene un Bien de Interés Cultural como la atalaya árabe y también un monumento histórico-artístico, los baños árabes. En Alfacar, entre tanto, se encuentra en marcha el proyecto de un Centro de Interpretación del Pan, para destacar un producto autóctono reconocido con la Denominación Geográfica Protegida, cuyo sabor se encuentra marcado por el agua de los manantiales, la leña de los bosques de la Alfaguara, el tomillo, el romero y los hornos morunos.

“Los quesos de Huétor, que proceden de cabras que se encuentran en el Parque Natural, también son muy típicos, además de las cooperativas de aceite de Alfacar, Cogollos o Diezma y la cerveza artesanal, en Huétor Santillán y en Puerto Lobo”, indica Menéndez. Los restos prehistóricos, con abrigos de pinturas rupestres, redondean la experiencia de un viaje donde las muchas capas de historia y tradición ofrecen un mosaico para una escapada provechosa.

Notas interesantes para el cuaderno de viaje...

Un zorro común, entre las especies propias del territorio, junto con jabalíes, cabras montesas o cangrejos de río; estos últimos en peligro de extinción.

Trincheras de la Guerra Civil Española, uno de los atractivos del Parque gracias a su muy notable conservación. El área fue zona de frente.

Una curruca cabecinegra macho, ejemplar de ave observable en el Parque Natural. Entre sus características se cuenta el canto que realiza mientras vuela o sus huevos pecosos.

Para llegar a la Sierra de Huétor hay que llegar a Granada. Desde Madrid, el AVE emplea 3 horas y 15 minutos en los desplazamientos hasta esta ciudad. El tiempo de viaje se amplía unos minutos en función de las paradas que realice el tren: Loja, Antequera, Puente Genil, Córdoba, Puertollano y Ciudad Real. También un tren AVE enlaza la capital de La Alhambra con Barcelona, con parada en Tarragona, Lleida y Zaragoza.

 

En la app de dōcō, que se puede descargar en Google Play y App Store, se pueden contratar los servicios de Renfe y de Movitaxi, Reby y Karhoo, que ofrecen taxi y patinete eléctrico para complementar el viaje en tren.