Panorámica del paisaje montañoso del parque natural.

Capitel de la iglesia románica de Ribera.

 

Paraje del río Purón.

“En el Parque Natural de Valderejo es posible la calma sobrecogedora. Sin carreteras, sin ruido, tan solo una villa está habitada, Lalastra, rodeada de grandes paredes rocosas”, asegura Jonathan Rubines, técnico de Parques Naturales de la Diputación Foral de Álava. Esta solitaria y pintoresca pedanía cuenta con elementos etnográficos interesantes, como el lavadero, el molino, la bolera o el propio museo etnográfico. “Otros pueblos del valle están deshabitados, pero en sus ruinas se palpa la nostalgia de la dura vida de antaño, como en la hoy vacía localidad de Ribera, donde se mantiene en pie la iglesia de San Esteban, un descubrimiento para amantes de la historia”, prosigue.

 

Varias especies de pájaros carpinteros habitan la zona.

La ruta del desfiladero del río Purón es la más conocida de esta reserva natural de Álava. “Posiblemente, también la más bonita y singular”, añade el experto biólogo. “Entre los pueblos de Lalastra y Herrán (en Burgos), el río ha ido excavando en la roca caliza un espectáculo natural fascinante donde podemos recorrer el fondo del valle de los acantilados rocosos junto con cascadas, meandros, pozas, rápidos y torrenteras. El recorrido, de poco más de cinco kilómetros, es ideal para hacerlo en familia sin prisa”. El clima –entre atlántico y mediterráneo– de Valderejo hace que la variedad de vegetación sea enorme: “Durante nuestro paseo podemos disfrutar de bosques de pino silvestre, hayedos y encinares, que normalmente no veríamos juntos”, concluye Jonathan Rubines.

 

El fondo del valle lo forman praderas con una diversidad florística excepcional (no hay que perderse las orquídeas entre mayo y julio).

En los roquedos del parque, como los contrafuertes del monte Vallegrull, el buitre leonado es el rey.

Uno de los elementos emblemáticos es el menhir del Gustal, cerca de la cumbre de Recuenco.

La iglesia de San Esteban, en la localidad de Ribera.

Desfiladero del río Purón.

 

Renfe genera al año un ahorro para la sociedad de 305 millones de euros, si se evalúa en términos económicos el impacto de ahorro con respecto a las emisiones de CO2.