Texto: Mario Suárez
Fuencarral, 11.
Lo que empezó como un negocio online en Alicante en 2017 se ha convertido en una de las empresas más prometedoras de la industria de la moda con sello español. Ahora, ha abierto ‘flagship’ en la calle de la moda urbana por excelencia de la ciudad. Un espacio contemporáneo diseñado por El Departamento, el estudio de arquitectura que ha logrado crear un ambiente cálido con techos de madera y un mobiliario atrevido. Comprar unas ‘sneakers’ ahora también implica una experiencia de diseño.
Virgen de los Peligros, 10.
Es fácil desviarse de la ajetreada Gran Vía y terminar en este restaurante de cocina mexicana tradicional, que se acerca a lo contemporáneo a través del humo de su cocina de carbón, otorgando un sabor único e innovador a las recetas del país azteca. El resto de la carta es igual de poderoso, como su oferta de guacamoles, algunos marinados en chipotle y pico de gallo de mango.
Gran Vía, 18.
En la planta quinta del edificio del número 18 de la calle Gran Vía, está uno de esos restaurantes que eleva la oferta culinaria de la arteria más famosa de la capital. Bajo la mirada de la Loba Capitolina y el sello del Grupo Papúa, aquí no solo se ofrece una interesante experiencia gastronómica, también se puede disfrutar de un bello ‘rooftop’ con dos terrazas con vistas privilegiadas, una hacia la Gran Vía y otra hacia la calle Clavel. Se puede ir por el tapeo madrileño, con entrantes como la ensaladilla rusa a la brasa o puerros de Tudela, pero también por sus cócteles o pastelería de autor.
Barco, 7.
A escasos 150 metros de la Gran Vía, existe un restaurante cuya oferta está protagonizada por las bebidas con burbujas (cava, champán, ‘prosecco’ y ‘crémant’, entre otros) y por una cocina creativa que gira en torno a ingredientes internacionales. Una carta sencilla y a buen precio, de alitas de brócoli y coliflor a bravas de yuca frita o una deliciosa burrata con salmorejo y tomate.
Gran Vía, 55.
Siempre fue así: dar un paseo por la Gran Vía y terminar comiéndote una hamburguesa o tomando un refresco en alguna de sus cafeterías y restaurantes. Una tradición popular que sigue vigente, y que ha encontrado en el número 55 de la mítica calle madrileña un multiespacio más donde hincar el diente. Son 1.300 metros cuadrados que albergan cuatro conceptos: Steakburger (asador y hamburguesas), Ôven Mozzarella (italiano), El Clandestino (cócteles) y The Roastery (brunchs y meriendas healthy).
Hotel INNSiDE By Meliá Gran Vía. Mesonero Romanos, 13.
Un trocito de la terra galega ha llegado al corazón de Madrid, a la séptima planta del Hotel INNSiDE By Meliá Gran Vía. Producto gallego con recetas dictadas a ollo (a ojo), como hacían hace décadas las avoas (abuelas), para obtener una carta tradicional que presenta con técnicas contemporáneas y respeto al producto. A esto se añade una coctelería con ginebras y vermús gallegos y orujos de la tierra que se mezclan para obtener nuevas fórmulas en la copa. No se ve el Atlántico, pero sí la Gran Vía.
Hyatt Centric Gran Vía. Gran Vía, 31.
En la décima planta del hotel Hyatt Centric Gran Vía, frente a una cúpula de principios del siglo XX del arquitecto José Miguel de la Quadra Salcedo y una imponente figura de la diosa Diana con sus perros, casi escondida, aparece esta terraza con vistas a la calle más conocida de Madrid. Un mirador privilegiado, con amplios parasoles, donde también se puede comer (bowls, comida saludable y aires latinos), pero que se disfruta más al atardecer, con alguno de los cócteles de su carta en la mano.
Gran Vía, 43.
Decorado por el interiorista Tomás Alía, el nuevo hotel de la cadena Room Mate lleva un poderoso nombre que acompaña a su rompedora propuesta estética y de ocio. Para los huéspedes son 130 habitaciones con vistas a la calle más famosa de la capital, para los que solo pisan el hotel de visita son dos terrazas, una piscina y un cóctel-bar. El hotel se presenta como un escenario que homenajea a la artesanía española y a la cultura india: altorrelieves en los espejos, suelos hidráulicos, celosías, marqueterías.