DE BENIDORM A CALPE SE PODRÍA HACER UNA RUTA POR EDIFICIOS VANGUARDISTAS QUE HACEN DE ESTA COSTA UNA DE LAS ÁREAS MÁS INTERESANTES PARA ENTENDER LA NUEVA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA. CONSTRUCCIONES CASI ÉPICAS QUE, JUNTO A LA FOTOGENIA DE LA MURALLA ROJA DE RICARDO BOFILL, DAN UN VUELCO A LOS MITOS SOBRE EL VIEJO URBANISMO FRENTE AL MEDITERRÁNEO.
Texto: Mario Suárez
Hay quien cree estar dentro de un cuadro de Escher, el pintor holandés del siglo XX famoso por sus ilusiones ópticas. A otros les sugiere que es una casbah árabe la que les arropa. Y ambos tendrían razón si visitaran La Muralla Roja, el edificio de viviendas que Ricardo Bofill levantó en 1973 en Calpe (Alicante).
Esta fortaleza en color rosa y azul puede que haya sido el primer escalón del ansia y la popularidad de hoy por la arquitectura del siglo XX en Levante; un gusto por la estética neoyorquina de los rascacielos de Benidorm, pero también por el magnetismo oriental de construcciones como la urbanización La Rotonda de Juan Guardiola Gaya (1965), en la playa de San Juan en Alicante.
Aquí la culpa la ha tenido Instagram, la red social se ha fijado en la desproporcionalidad del legado arquitectónico de esta costa mediterránea. Lo ha aupado y creado casi una escuela propia, de la que beben hoy un puñado de arquitectos jóvenes que reciben premios y ofrecen un tipo más pulido, discreto y ordenado de construcción para este siglo. Pero detrás de una imagen que pueda ser viral, hay una intención clara de cambiar la arquitectura de una zona que, durante décadas, no fue bien tratada desde el punto de vista del urbanismo.
El centro de la tercera edad La Casilla (2011) una de las primeras obras del estudio Crystalzoo.
“Existe otra arquitectura contemporánea en Levante, diferente a la torre de apartamentos que todos tenemos asociada a nuestro imaginario colectivo vacacional. Incluso aunque entre ellos haya referentes tan importantes como la torre Bali, de Antonio Escario, en Benidorm o Las Torres, de Juan Antonio García Solera; todos ellos proyectos de viviendas muy interesantes de la zona de Alicante. Pero fuera de estos, existe una arquitectura más ligada al terreno, con otro tipo de valores que se está realizando en Levante, quizás con menos medios que en Barcelona o en Madrid, pero que suple los costes con soluciones imaginativas y funcionales”, cuenta José Luis Campos, arquitecto de Crystalzoo.
Precisamente este estudio afincado en Alicante, ganó en 2016 el premio Architizer a la Mejor Obra Pública del Mundo por un edificio de oficinas del ayuntamiento en la localidad alicantina de La Nucía. Un proyecto modesto cubierto de piezas cerámicas hexagonales que tenía un componente social y sostenible.
CASAS MODULARES PARA LA COSTA DEL SIGLO XXI
La nueva arquitectura de Levante crece más en horizontal que en vertical, dependiendo de la localidad. “En Levante optamos por la variedad. Puedes elegir Benidorm o Gandía para los amantes de la altura; Altea o Jávea para vivienda sobre el terreno”, cuentan Alberto Burgos y Javier Cortina Maruenda, arquitectos colaboradores en la casa Brick Vault de Godella en València, junto al estudio londinense Space Popular.
La Brick Vault no solo es una construcción de alto standing en el corazón de Levante, es una casa modular sostenible que abre una nueva vía de construcción y promete ser un referente en esta costa. “Cada tipología constructiva tiene sus ventajas y puede dialogar con el entorno, es cuestión de explotar todas sus virtudes”, rematan sus arquitectos cuando analizan la variedad de edificaciones que acoge Levante.
La Casa Brick Vault del estudio londinense Space Popular en Godella (València).
La Muralla Roja de Ricardo Bofill, uno de los edificios más fotografiados de Levante, levantado en 1973.
Si hay algo común en esta arquitectura costera, ya sea en altura o en planta, es el manejo de la luz, que para todos los arquitectos valencianos es un material de construcción más. Esto, junto el interés por el cuidado del entorno, ha cambiado las tornas para una nueva generación de arquitectos locales que intenta trabajar de otra manera. “Tenemos mucho trabajo por delante en la evolución de los modelos tradicionales. La legislación urbanística, enfocada a un mayor control medioambiental de los proyectos, ha generado un sistema en el que es muy complejo desarrollar nuevos planes urbanísticos, por lo que los nuevos edificios construidos hoy aún proceden del urbanismo de ayer”, cuenta Txema García Ballester, de ación integrada en el entorno, donde cada casa sigue los rasantes del terreno natural.
Junto a García Ballester Balzar Arquitectos, estudio valenciano autor del Residencial Mirasal (2019), en Torrevieja (Alicante), un ejemplo de urbaniz, también hay nombres de otros arquitectos valencianos como Javier García Solera o Alfredo Paya, pero también estudios como Rocamora, Play Studio o Ene6, que están repensando las casas de Levante, los edificios públicos, el urbanismo de localidades costeras azotadas durante años por la especulación. “En todas estas arquitecturas la luz del Mediterráneo, el color y la funcionalidad son importantes”, dicen desde Crystalzoo. Es un nuevo desarrollismo, más del tamaño del hombre.