Texto: Rosa Alvares
Foto: Antártica Estudio
Desde que deslumbró con su papel en ‘Verano 1993’, de Carla Simón, Bruna Cusí (Barcelona, 1986) ha ido consolidando su carrera con talento y calma. Las casualidades han hecho que el mismo día (16 de junio) se estrenen sus dos nuevos trabajos: ‘El fantástico caso del Golem’ y ‘Upon Entry’. El primero, una enloquecida comedia de Burnin’ Percebes (Nando Martínez y Juan González) sobre humanoides fabricados a medida de los gustos de sus dueños. El segundo, un drama dirigido por Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, donde una pareja que se ve sometida a un duro interrogatorio en su entrada a Estados Unidos.
Dos estrenos en un día, ¿teme ser la actriz de moda?
El azar y la incertidumbre van de la mano en este oficio. Prefiero una carrera a fuego lento, sin prisa pero sin pausas demasiado largas. Es mejor tener una trayectoria profesional sólida, diversa y serena a morir de éxito en poco tiempo.
¿Qué le mueve a aceptar un proyecto?
Idealmente, solo elegiría los trabajos en los que encuentro inspiración, creo que puedo aportar algo y aprender mucho cómo actriz. Pero este oficio no es ideal, y nunca me han llovido proyectos. A veces hay que hacer trabajos que igual no son artísticamente del todo afines, pero sí dignos.
‘Upon entry’ es una historia intensa emocionalmente.
Es un drama psicológico, sostenido por un guion y una dirección impecables, donde el peso de la trama recae en los diálogos y la relación de personajes. Ha sido de las mejores experiencias que he tenido. Nos está dando muchas alegrías, premios y buenas críticas por festivales.
‘El fantástico caso del Golem’ es, por el contrario, una película de humor surrealista y personalísimo.
Fue algo realmente especial y divertido por muchas razones. Pude trabajar el personaje partiendo de su forma y estilización. Por otro lado, los Burnin’ Percebes y todos sus secuaces son mi familia cinematográfica: es la tercera película que ruedo con ellos, y por suerte, no será la última.
Si Bruna Cusí pudiera tener un Golem (ser mitológico de origen judío), ¿cómo sería y para qué lo utilizaría?
Mi Golem sería idéntica a mí, y la usaría de comodín para hacer todas las promociones sin que nadie se diera cuenta, ya que es la parte más difícil de mi trabajo, porque se basa en reflexionar sobre un trabajo que es experiencial.
Supongo que no lo utilizaría en sus paseos por Barcelona. ¿Qué no se deber perder quien viaje allí?
Barcelona es mi hogar y el lugar donde volver. Contra todo pronóstico, uno de mis lugares favoritos sigue siendo el paseo Picasso y sus calles colindantes.
¿Qué barrio elegiría para comer y tapear?
Gracia, Poble Sec, Sants, Sant Andreu, Sant Antoni, Barceloneta… Cualquiera es bueno para perderse y comer o tomar algo en una plaza o calle. Y, si hablamos de comercios tradicionales, un clásico: merendar una taza de chocolate en Granja Dulcinea, en la calle de Petritxol.
Los amantes del arte tienen una cita en…
Para exposiciones de fotografía, el KBr (Torre Mapfre); si son de arte, la Galería Chiquita Room; pueden asistir a constelaciones de danza en el maravilloso Mercat de les Flors; para ver cine, el Zumzeig, el Maldà o la Filmoteca; en cuestión de teatro, el Antic Teatre, donde encontrarán la escena contemporánea más actual, la Sala Flyhard para ver interpretaciones desde bien cerca, y el Teatre Lliure donde descubrir la escena teatral europea. Además, la Biblioteca Nacional es un lugar realmente mágico.
¿Desde dónde contemplar y disfrutar de la belleza del Mediterráneo?
Desde el parque del Guinardó, las vistas de Barcelona y el mar son tan privilegiadas que te dan ganas de ponerte a cantar como Freddie Mercury y Montserrat Caballé.