València según…

Paula Usero

Texto: Rosa Alvares

Nacer junto al mar Mediterráneo ha hecho que la actriz Paula Usero (València, 1991) tenga una personalidad disfrutona y optimista, como la propia ciudad, capaz de contagiar esa alegría de vivir a quienes se acercan a ella. “Estoy enamorada de València y cada vez siento más ganas de volver allí”, nos confiesa. “Ojalá encontrara una casa preciosa donde establecerme y salir solo a currar… Pero para eso todavía queda bastante”.

Tras el estreno reciente de su última película, ‘Llenos de gracia’, acaba de rodar la serie ‘Noche de chicas’, de la que apenas puede contar nada: “Solo que ha sido un trabajo duro e intenso en el que me lo he pasado muy bien”.

Denos algunas razones de peso para no dejar de visitar su ciudad, València.
El mar Mediterráneo y esas playas maravillosas que tenemos, el sol y el clima estupendo, la calidad de vida que hay en una ciudad que, como no es muy grande, puedes recorrer caminando, los parques que hacen que siempre huela a flores… Y, por supuesto, la paella.

¿Dónde saborear la mejor versión de esta receta?
Es muy difícil elegir… Hay muchos y muy buenos restaurantes: La Ferrera, Yuso, Yarza, Tropical, Vuelve Carolina (de Quique Dacosta), Ricard Camarena… También me encanta el arroz de bares como Mistela y Cremaet. Y luego puedes descubrir sitios de barrio donde te hacen una paella maravillosa, ¡y baratísima!

Desde un punto de vista gastronómico, ¿qué aporta la provincia de València, además del arroz?
Comer rico, comer barato. Aquí no hace falta gastarte 35 euros para comerte un arroz impresionante. Además, antes de que se oyera hablar del ‘brunch’, en València ya era muy típico el almuerzo: a las 11 de la mañana, comerte un bocata, picotear unos cacahuetes y olivas, con tu vino, tu carajillo… Y luego, por supuesto, sentarte a la mesa a la hora de comer.

¿Cuál sería su menú preferido al más puro estilo mediterráneo?
Ensalada de tomate y cebolla con ventresca. O una ensalada de ahumados con un arroz en seco. Y un postre de un helado de violetas o de naranja.

¿Y si queremos relajarnos o recargar pilas?
Desde luego, La Albufera. Es impresionante que exista ese espacio natural tan rico en mitad de una ciudad, un parque protegido con patos, aves y una vegetación tan fascinante. Aunque también puedes recargar pilas en la propia ciudad: tomarte un zumo de frutas en la playa, hacer un picnic con los amigos cerca del mar (con guitarra incluida), darte una vuelta por el paseo marítimo…

¿En qué lugar el visitante deja de serlo y puede sentirse un valenciano más?
Cualquier espacio y época del año son buenos para lograrlo. Sin embargo, en plenas Fallas la ciudad te acoge, te quiere, te cuida, te hace disfrutar. No importa de dónde seas.

 

¿Una ruta para ir de tiendas en su ciudad?
El barrio de Ruzafa está muy bien. Hay muchas tiendas ‘vintage’, de cerámica, de ilustraciones, de libros… València se ha puesto las pilas en cultura y en creatividad. También merece la pena visitar El Cabañal.

¿Y a dónde enviamos a los amantes del arte?
El IVAM siempre es un sitio de referencia. Allí he visto exposiciones impresionantes.

Sin alzar mucho la voz, ¿una dirección secreta?
En el Parque de Cabecera hay un lugar inexplicable: un estanque precioso con patos sencillamente alucinante. También me parecen un paraíso las dunas de la playa del Saler, frente a un mar Mediterráneo de aguas transparentes. Ese es el lugar donde me iría con un libro, donde compartiría un vino blanco con alguien o donde pasaría la tarde escuchando el sonido del mar. Allí, mojarte solo los pies te reconforta. Eso es paz.