TRENEA CON AVLO

¿Pensando en una escapada de fin de semana? Pon rumbo a Lleida. Llena de rincones con encanto, de edificios históricos y de buena gastronomía, desearás que este viaje no termine nunca… ¡o regresar pronto!

Empieza tu visita por la Seu Vella, la antigua catedral situada en lo alto de una colina. Te sorprenderá su claustro y su alta torre. Sube también hasta el mirador del antiguo Castillo del Rey: las vistas de la ciudad y su entorno no tienen igual. ¡Modo selfie on! No te olvides de recorrer la calle Mayor, una de las calles comerciales más largas de España, y darte un buen paseo por los Campos Elíseos y la orilla del Segre.

Si buscas la forma low cost más rápida, cómoda y sostenible de viajar a Lleida, hazlo en tren. Viaja en familia, con niños o con amigos, disfrutarás siempre del mejor precio. Con trenes Avlo de alta velocidad te lo ponemos fácil.

 

LA ESTACIÓN DE LLEIDA PIRINEUS

La céntrica estación de Lleida Pirineus está abierta desde las 5:15 h hasta las 23:15 h y cuenta con múltiples servicios:

  •  Venta de billetes
  • Zona comercial
  • Alquiler de coches
  • Parada de taxi
  • Conexiones con otras líneas de tren Renfe, autobús y Ferrocarrils de la Generalitat
  • Adaptada a personas coN movilidad reducida
  • Aparcamiento de vehículos

Desde nuestro buscador tienes cómodamente en la misma consulta toda la oferta de horarios, tarifas y precios de billetes Avlo, AVE y trenes disponibles a tu destino.

  • En el Castillo de Gardeny, podrás visitar un centro de interpretación de la Orden del Temple. En 1924, alojó al mísmisimo Jacques de Molay, último Gran Maestre de la Orden.
  • El Palacio de la Paeria, ejemplo más representativo de la arquitectura civil románica en Lleida, debe su nombre al latín “patiari”, que significa hombre de paz.
  • ¡Al rico caracol! Los caracoles a la llauna (cargols a la llauna) son el plato estrella de la ciudad, acompañados de salsa alioli, romesco y salsa picante. Para chuparse los dedos.
  • La Virgen del Blau, en la Catedral Nueva o Seu Nova, recibe ese nombre (blau, morado) por el cardenal que tiene en la frente. Cuenta la leyenda que es fruto del golpe que el escultor le propinó con un martillo al ver que, durante uno de sus viajes, un discípulo suyo había finalizado la escultura superándole en técnica y habilidad.