En junio de 2012 se estrenó el tren híbrido s-730 en el servicio Madrid-Galicia. Se trata del primer tren híbrido de la compañía, con tecnología de tracción tanto diésel como eléctrica, lo que permite extender las ventajas de la alta velocidad a tramos sin electrificar ya que cuenta con un sistema de rodadura desplazable que también le permite circular por vías de ancho UIC (ancho AVE) o de ancho convencional.
Los nuevos trenes de la serie 730 son el resultado de adaptar unidades de la serie 130, a los que se incorporan equipos de tracción diésel, dos motores de 1.800 kw con alternador y rectificador de corriente. Renfe, a través de su división industrial Integria, dirige un proyecto de ingeniería e innovación ferroviaria en el que participan los fabricantes Talgo y Bombardier, que culminará con una flota de quince trenes híbridos y cuya inversión asciende a 78 millones de euros.
Los nuevos coches que albergan los motores diésel incluyen también torres de refrigeración, convertidores para los servicios auxiliares del tren, depósitos de 2.000 litros para combustible y bogies de dos ejes de ancho variable para cambiar de red.
Los trenes S-730 cuentan con 216 plazas en clase Turista, 46 plazas en clase Preferente (una de ellas para PMR) y un coche cafetería.
Pueden circular a una velocidad máxima de 250 km/h por vía de alta velocidad y 220 km/h en vía convencional electrificada, mientras que su velocidad máxima para vía convencional sin electrificar es de 180 km/h. Los sistemas de señalización que incorpora (ERTMS, LZB y Asfa digital) garantizan la interoperabilidad por toda la red ferroviaria española y completan el cuadro técnico de uno de los trenes de alta velocidad más versátiles del mundo.