Somos la locomotora de la descarbonización del transporte

Hemos reducido nuestra huella de carbono por unidad transportada un 88% desde 1990, año base del Protocolo de Kioto. Ante la Emergencia Climática que sufrimos, reducir sus efectos es responsabilidad de todos: empresas, gobiernos, instituciones, clientes. En Renfe llevamos muchos años trabajando para reducir nuestras emisiones hasta el mínimo posible en nuestra operativa diaria y a la vez, buscando atraer cada vez más clientes al tren, permitiéndoles reducir su huella de carbono.

El tren es el modo de transporte de viajeros y de mercancías más eficiente en términos de consumo de energía y de emisiones de CO2. Si tenemos en cuenta que tanto en España como en el resto de Europa el sector transporte es el principal causante de emisiones, elegir el tren es una de las decisiones clave en la lucha contra el cambio climático.

En Renfe operamos trenes con emisiones cero, eléctricos y ecológicos. La gran mayoría de nuestros trenes circulan con electricidad cien por cien procedente de fuentes renovables (certificados por ello como neutros en carbono según la norma PAS 2060) y son capaces de transportar gran número de viajeros o mercancías con escaso consumo energético. En concreto, el ferrocarril realiza entre 5 y 7 veces menos emisiones de CO2 que el transporte por carretera, y entre 7 y 10 veces menos que el avión.
 

El impacto que evitamos

Somos la mejor alternativa de movilidad en la lucha contra el cambio climático. En España, como en todo Europa, el sector transporte es responsable de alrededor del 26% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), concepto que incluye el CO2 y otros gases.

De este porcentaje, solo el 0,3% proviene del transporte por tren. Para entender la dimensión que representa el papel del tren, hemos calculado la actividad de los medios alternativos que sería necesaria para sustituir la movilidad de personas y mercancías que realizamos. Cada año serían:

  • Automóviles: 382 millones de circulaciones
  • Camiones: 4,4 millones de circulaciones
  • Aviones: 116.800 vuelos

Lo que se traduce en que cada año evitamos: 5,7 millones de toneladas de CO2 y ahorramos 1,1 millones de toneladas equivalentes de petróleo. ¿Y esto es mucho o es poco? Lo mismo que el consumo doméstico de 15 millones de habitantes (por ejemplo, la suma de las Comunidades Autónomas de Cataluña, Aragón y Valencia).

La importancia de la transferencia modal al ferrocarril puede también cuantificarse en términos económicos, mediante el concepto de costes externos. A las ventajas ambientales se suman otras sociales y económicas (menor accidentalidad, mínima contaminación atmosférica provocada en zona urbana y una contribución decisiva a la reducción de la congestión urbana).
 

Las ventajas en materia de sostenibilidad ambiental del ferrocarril para actuar contra el cambio climático pueden ser aún mayores, por lo que en Renfe nos hemos unido a Adif y Adif Alta Velocidad para impulsar el Plan Director de Lucha contra el Cambio Climático. Este Plan se estructura en 4 líneas estratégicas: gestión de la energía, eficiencia energética, descarbonización y cultura. Podemos resumirlo en un gran compromiso: reducir 9,9 millones de toneladas de Co2 en 2030 y un ahorro de más de 250 millones de euros en costes externos.