El tiempo se detiene
El trabajo, los niños, las prisas, las colas, el móvil que no para de sonar… Hay momentos en los que necesitamos desconectar del ruido que nos rodea y conectar con la naturaleza y con nosotros mismos. Escuchar nuestros pasos sobre las hojas secas, el canto de los pájaros, el viento silbando suavemente, el continuo fluir de un arroyo. Es el momento de regalarte una escapada para mimar tu cuerpo y tu mente, ¿no crees? Coge un tren y huye: España tiene tantos rincones especiales que lo difícil será escoger.
En forma de río, lago o termas, el agua es fuente de vida y nuestro cuerpo la necesita. Por eso te proponemos irte hasta Ourense para disfrutar de sus valoradas aguas termales con propiedades medicinales. Como las de las Pozas de Muiño da Veiga, unas piscinas naturales en las que el agua emerge a una temperatura de entre 65 y 70°C, unas de las más cálidas de la Península.
También a un paseo desde la estación encontrarás el maravilloso espacio termal de Outariz y Burga de Canedo, que ofrece piscinas termales frías y calientes al aire libre, con aguas alcalinas, fluoradas, silicatadas y de mineralización débil. Todo un lujo para tu piel.
Aunque si prefieres cargar pilas contemplando el agua correr, una buena idea es escaparte a tierras burgalesas para admirar el nacimiento del río Cadagua después de la temporada de lluvias: el ímpetu del agua y su inigualable sonido al abrirse paso por entre las rocas son todo un espectáculo.
Además, podrás llegar hasta allí paseando relajadamente por los verdísimos prados del Valle de Mena, un delicioso recorrido salpicado por algunas pequeñas joyas del románico castellano.
Para muchos, sin embargo, la mejor manera de disfrutar del agua es navegando. Quien lo haya probado sabrá que el suave vaivén y el dulce murmullo del agua producen algunas de las sensaciones más relajantes y placenteras que hay.
Pues imagínate recorrer la ría de Bilbao en velero, desde Santurtzi al Museo Marítimo de la ciudad, mientras degustas algunos de los mejores productos que ofrecen las tierras vascas.
Otra opción es navegar a vela por el Abra y contemplar una hermosa puesta de sol junto a los acantilados de Punta Galea mientras brindas con un buen vino de la Rioja alavesa. Experiencias únicas que sin duda quedarán grabadas en tu retina y en tu corazón para siempre.
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