El Palacio Longchap de Marsella: una oda al agua hecha monumento
 

La capital de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul es un baúl lleno de sorpresas. Su localización privilegiada permite al visitante vivir cualquier época del año al abrigo de la agradable brisa mediterránea. Marsella es un destino portuario que embriaga por su estilo de vida marítimo, pero también por su patrimonio histórico y cultural. En esta ocasión, nos fijaremos en el Palacio Longchamp, un bello edificio con mucho que contar que acoge los museos de Historia Natural y Bellas Artes.

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Historia del Palacio Longchamp

Este coqueto palacete abrió sus puertas en el año 1869 para celebrar el fin de los problemas derivados de la escasez de agua que asolaba por aquel entonces la ciudad. No en vano, en el siglo XIX la sequía era una lacra que era necesario atajar. De ahí que se decidiera construir una obra de ingeniería que permitiese transportar el agua del río Durance a Marsella. Fueron necesarios más de 30 años de trabajos para fabricar un complejo entramado compuesto por 85 kilómetros de canales y tuberías subterráneas que llevase el agua potable a las casas.

Para conmemorar la llegada del agua a Marsella, entonces, se construyó el Palacio Longchamp al final de la avenida del mismo nombre, en el barrio de Les Cinq Avenues. El encargado de levantar este impresionante monumento fue el arquitecto Henri Jacques Espérandieu.

El monumento nació como una verdadera oda al agua, tal y como dan fe las esculturas alegóricas que simbolizan la fertilidad y la abundancia. Se trata de un conjunto de inspiración barroca, compuesto por una majestuosa columnata y una fuente central muy vistosa conocida como Chateau d’eau o Castillo del agua. La fuente escenifica un carro tirado por toros que transporta uvas y trigo y sobre él se alzan tres figuras femeninas como guiño a la fertilidad y la vida.

 

Detalle exteriores del Palacio de Longchamp
 

El Palacio: dos museos, un jardín botánico y un observatorio

En la actualidad, el Palacio Longchamp alberga el Museo de Historia Natural, el Museo de Bellas Artes, el jardín botánico y un observatorio.

El Museo de Historia Natural de Marsella se sitúa en el ala derecha del palacio, instalándose en 1869. Se considera uno de los mejores de Europa en su ámbito. En una de sus salas podemos encontrar una estupenda colección zoológica que nos ayuda a comprender la evolución de los seres vivos desde los orígenes. Pero eso no es todo, porque también el museo cuenta con otra asombrosa colección dedicada a la paleontología que incluye más de 40.000 fósiles.

El Museo de Bellas Artes está ubicado en el ala izquierda del Palacio Longchamp y data de 1801, lo que lo convierte en el museo más antiguo de la ciudad. Exhibe pinturas y demás obras artísticas de los siglos XVI al XIX. Entre los autores, es posible identificar a grandes pintores italianos y franceses como Perugino, Vernet o Rubens.

Finalmente, en las inmediaciones del palacio también se halla un parque botánico, que antiguamente era un zoológico, y un observatorio astrológico con más de tres siglos de antigüedad.

 

Exteriores del Palacio de Longchamp
 

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